El rescate de Vida ha sido uno de los más complicados e intensos. Desde el principio todo parecía confabularse para que fracasáramos. Por suerte, para Fani rendirse nunca fue una opción. Recibió el aviso de una oveja caida por un barranco. Estaba gravemente herida, era muy urgente ir a por ella. Debido a las fuertes lluvias pasadas, la furgoneta quedó atrapada en la pista de tierra poco después de salir del santuario… En poco, Fani consiguió ayuda para acercarse al lugar donde Vida permanecía herida, inmobil. Por si no hubiese tenido suficiente por caer por el barranco, uno o unos perros la habían atacado ferozmente. Su cuerpo estaba repleto de mordiscos. Algunos localizados en zonas que hacían peligrar su vida, como en el cuello. Pudo mobilizar y organizar a algunas personas y así poder levantar a Vida, que siendo adulta ya pesaba lo suyo y ponerla en tierra firme. Condujeron rapidamente hasta el centro veterinario, donde durante horas estubieron curando sus numerosas heridas. Fue llevada en coche hasta el pueblo y ante la imposibilidad de acercarse más al refugio en el vehículo, fue traída en hamaca el último kilómetro y medio por una pista inpracticable a causa de los desprendimientos y árboles caídos.
Entrada la noche, por fin estaba en casa, caliente y a salvo. Su cuerpo estaba gravemente magullado y numerosos drenajes colgaban de sus heridas más profundas. Estaba debil pero se negaba a comer, suponemos que por el dolor que le producía su herida en la yugular.
A pesar de los cuidados dados por el veterinario y los seguidos en casa, Vida falleció al día siguiente.