¿Qué es el veganismo?
El veganismo es esencialmente un principio moral específico que se resume en la idea de no utilizar a los demás animales: los animales no humanos. No utilizarlos para ningún propósito ni en ninguna forma.
En la práctica, el veganismo significa dejar de participar en la explotación animal. Por ejemplo: no consumir productos de origen animal, ya sea con fines alimenticios, de vestimenta, higiene, ocio o entretenimiento; así como no participar en ninguna actividad que implique utilizar a los otros animales.
El veganismo se enfoca específicamente a la relación moral entre los humanos y los animales no humanos del mismo modo que el movimiento del feminismo se refiere concretamente a la relación moral entre los varones y las mujeres. Pero ambos principios morales parten de la base moral de que todas las personas por igual deben ser respetadas como fines en sí mismas y no como instrumentos para satisfacer forzosamente nuestras necesidades y deseos.
¿Por qué debemos ser veganos?
Por ética.
Concretamente por tres razones muy básicas, basadas en la lógica y los hechos:
Primero
Porque somos individuos capaces de razonar, de responsabilizarnos de nuestra conducta y de darnos cuenta de que nuestros actos tienen consecuencias y afectan a otros individuos. Somos seres racionales cuyo conocimiento y conducta se fundamenta en la lógica.
segundo
Porque, de acuerdo con la lógica —con el principio lógico de identidad—, no debemos hacer a otros individuos aquello que no deseamos que nadie nos haga a nosotros mismos. Si no queremos que nadie nos use como comida entonces no debemos hacer esto mismo a otros individuos que tampoco desean que nadie los someta, los mate ni les haga daño. Todos los seres dotados de sensación somos conscientes y poseemos unos intereses básicos relativos a nuestra supervivencia y bienestar.
Así se fundamenta el principio ético de igualdad, o igual consideración moral. Es por esto que discriminar de la igual consideración moral a otros individuos solo porque pertenecen a una especie distinta a la nuestra es lo mismo que discriminarles por ser de otro sexo o de otra raza. Es una discriminación denominada especismo.
Tercero
Porque todos los seres sintientes poseen un valor inherente. A diferencia de los seres que no sienten —animales sin sistema nervioso, vegetales, minerales—, todos los seres sintientes pueden experimentar sensaciones y les importa su propia conservación y bienestar. Y todos los seres sintientes son seres conscientes al menos en un grado básico.
¿Pero consumir animales no sería una elección «personal» o privada? ¿No debería cada uno comer y hacer lo quiera?
¿Se puede realmente llevar el Veganismo a la práctica?
Ciertamente se puede llevar el Veganismo a la práctica. Millones de seres humanos en muy diversas partes del mundo somos veganos.
En primer lugar, no tenemos ninguna necesidad nutricional de comer otros animales ni nada que provenga de ellos. Una alimentación vegana bien equilibrada nos aporta todo lo que necesitamos. Del mismo modo, podemos satisfacer todas nuestras necesidades básicas sin usar a los demás animales. Que el veganismo es un principio viable en la práctica es un hecho.
A nivel colectivo y ambiental, una sociedad humana entera que adopte el Veganismo también es viable. A día de hoy, al menos un tercio de todas las tierras cultivables del planeta se utiliza para producciones agrícolas destinadas a alimentar a los animales esclavizados. Además, la explotación ganadera consume agua en una cantidad entre cinco y diez veces mayor que el cultivo de plantas.
En cambio, una sociedad vegana no tendría que alimentar a miles de millones de animales esclavos. Por tanto, una sociedad vegana necesitaría muchísimo menos terreno cultivable que la actual sociedad esclavista para poder alimentar al mismo número de gente.
El veganismo aplicado a la producción de alimentos necesita menos tierra, menos agua y menos recursos en general para producir una mayor cantidad de comida que los que necesita la explotación animal.
¿Pero no sería una solución el tratar mejor a los animales no humanos que utilizamos?
No lo sería. La cuestión no es cómo los utilizamos sino que el problema moral radica en el hecho mismo de que los utilicemos para nuestro propio beneficio.
El problema de fondo radica en que tratamos a los demás animales como nuestra propiedad. Hemos sometido a los animales no humanos a la categoría de esclavos.
Si la esclavitud de seres humanos es inmoral, puesto que cosifica a los individuos como meros objetos, por la misma razón se trata de una práctica injusta cuando la aplicamos a otros animales.
Los demás animales no pueden dar su consentimiento para que los usemos, por lo tanto al hacerlo ya no los estamos respetando como individuos con voluntad e intereses propios sino que los estamos tratando como objetos, como meros recursos. En esto consiste básicamente la explotación animal.
No tenemos ninguna razón que justifique moralmente el hecho de que utilicemos a otros animales. Por lo tanto, fuera cual fuera la manera en que lo hiciéramos, eso no anularía la injusticia que es el hecho mismo de que los utilicemos para nuestros fines.
Cuando nos referimos a la cuestión de respetar moralmente a los seres humanos, podemos reconocer que la opción aceptable nunca es asesinarlos o violarlos con menos crueldad. No es aceptable que los violadores traten «mejor» a las personas que violan. La única opción que podemos aceptar es que dejen de violarlas.
La solución no es «tratar mejor» a los animales que esclavizamos. La única solución ética es no esclavizar a nadie.
Otros animales comen animales: ¿Por qué está mal que nosotros hagamos lo mismo si también somos animales?
El hecho de que seamos animales, o de que otros animales coman animales no justifica que nosotros imitemos la conducta que vemos en otros animales.
Es un hecho que algunos humanos asesinan y violan a otros humanos. ¿Significa esto que sería correcto que nosotros hagamos lo mismo ya que también somos humanos? Obviamente no. Eso no es ningún argumento éticamente válido.
Intentar justificar algún tipo de acción o conducta, por nuestra parte o por la de otras personas responsables de sus actos, simplemente alegando que es «natural», es un argumento que si fuera racionalmente válido en realidad valdría para justificar moralmente cualquier cosa.
Alegar que si tenemos colmillos, o que si somos omnívoros, entonces no hay problema ético en comer animales sería equivalente a decir que si tenemos pene entonces no hay problema moral en violar a mujeres, puesto que el sexo también es algo «natural».
Si por ética entendemos guiar racionalmente nuestra conducta de acuerdo con una serie de normas morales, entonces no es razonable apelar a hechos que ocurran en la naturaleza como forma de justificar nuestra comportamiento.
¿Y qué pasa con las plantas o con las bacterias y los virus?
¿Y qué pasa con cuestiones como la contaminación, el medio ambiente, la pobreza, las guerras y otros problemas?
No cabe duda de que hay otros problemas de importante relevancia moral además de la explotación que infligimos a los demás animales.
Pero el hecho de que existan dichos problemas, no justifica en ningún caso que ignoremos o participemos en la explotación animal, del mismo modo que el hecho de que existan otros problemas morales en el mundo no justificaría que participemos en la esclavitud humana.
¿Qué hay de malo en consumir huevos, leches o miel si supuestamente los animales de los que se obtienen no han sufrido ni han sido matados para ello?
En realidad, la idea de que detrás del consumo de huevos o de lácteos o de lana o de miel no hay sufrimiento y muerte es una creencia equivocada, que proviene de la acostumbrada publicidad engañosa que propaga la industria de explotación animal.
Lo cierto es que a los animales esclavizados por su leche o sus huevos se les hace sufrir de muchas maneras: confinándolos en espacios limitados, asustándolos o golpeándolos para que obedezcan, y robándoles lo que producen sus cuerpos en contra de su voluntad.
Además, cuando estos animales ya no resultan rentables para su explotador, cuando ya no producen huevos, lácteos, lana, seda, o miel, entonces se los mata. Es decir: son asesinados.
Aparte del sufrimiento y muerte que causemos a otros animales que explotamos, el mero hecho de verlos como máquinas de producción que existen para satisfacer nuestras necesidades ya es una forma de cosificarlos y de negarles su condición de individuos con voluntad e intereses propios. Esto es lo que sucede cuando les quitamos sus huevos o su leche o su miel aunque supuestamente se diera la posibilidad de que no les causáramos daño al hacerlo.
Los demás animales no nos han dado su consentimiento para que los usemos para ningún propósito, así que el simple hecho de que lo hagamos ya supone una violación del respeto básico que todos los animales merecen por el simple hecho de ser sintientes.
¿Acaso el consumo de productos sintéticos o vegetales no causa daño indirectamente o contamina el medio ambiente?
En primer lugar, hay que tener claro que es injusto utilizar a los demás animales para nuestros fines, porque al hacerlo estamos violando su valor inherente como individuos y el principio ético de igualdad, y, por tanto, no es moralmente aceptable que los utilicemos como alimento, vestimenta o cualquier otro propósito que nos beneficie.
Debemos procurar respetar el medio ambiente por respeto a los intereses de los animales que viven en él, pero lo que no tiene sentido es preocuparse de si causamos daño medioambiental indirectamente al consumir productos vegetales o sintéticos si al mismo tiempo estamos financiando que esclavicen y asesinen a otros animales para que nosotros comamos sus cadáveres y secreciones o nos vistamos con trozos de sus cuerpos.
Pensemos en esto: el hecho de utilizar a seres humanos sin su consentimiento, y a costa de quitarles la vida y la libertad, para hacer comida o vestimenta con partes de sus cuerpos, podría ser menos contaminante que utilizar material sintético, pero igualmente esto no justifica moralmente que los utilicemos como meros recursos.
Del mismo modo, tampoco lo justifica en el caso de animales no humanos. El criterio de consideración moral es el mismo para todos. Puesto que todos por igual son seres que sienten, tienen voluntad e intereses propios, todos los animales sintientes poseen un valor inherente. Esto significa que ni su voluntad ni sus intereses deben ser sacrificados para nuestro beneficio.
Usar a seres humanos como esclavos sería quizá más respetuoso con el medio ambiente que usar energía eléctrica o química en su lugar. Pero eso no justifica la esclavitud ni sobre seres humanos ni sobre otros animales.
Imaginemos que alguien dijera: «Como no podemos evitar hacer daño, aunque sea indirectamente o accidentalmente, entonces no hay problema moral en practicar el canibalismo ya que no podemos vivir sin causar alguna clase de daño a otros».
Cada año miles de seres humanos mueren debido
Todos participamos en esta contaminación. ¿Acaso esto significa que no debemos rechazar el asesinato, la esclavitud y la violación de seres humanos? Claro que no. Entonces, ¿por qué iba a ser diferente en el caso de los no humanos? Aunque sigamos dañando indirectamente a otros animales mediante la contaminación, esto no nos excusa para continuar esclavizándolos, de la misma manera que esto no nos justifica para explotar a seres humanos.
Por otro lado, teniendo en cuenta que al menos un tercio de las tierras que usamos para cultivo son destinadas a alimentar a los animales que utilizamos para comida [ganadería], resulta que solo con aplicar el Veganismo ya estaríamos reduciendo muy considerablemente el número de víctimas que causamos de forma indirecta mediante la agricultura, ya que invadiríamos mucho menos terreno para cultivo.
Sin tener en cuenta que sería muy razonable suponer que en una sociedad donde viéramos a los demás animales como personas —una sociedad vegana— nos esforzaríamos de verdad por aplicar métodos de cultivo más respetuosos con los intereses de otros animales.
Si queremos evitar todo el daño y sufrimiento innecesario que causamos a los demás animales, la primera y más importante decisión que debemos tomar es la de hacernos veganos y difundir el Veganismo.
¿Qué harías si estuvieras en una isla desierta y tu única manera de sobrevivir fuera matando a otro animal?
Antes de responder quisiera plantear una pregunta previa: ¿Qué haríamos si viviéramos un mundo donde tenemos acceso a toda clase de alimentos vegetales que cubren todas nuestras necesidades nutricionales y además supiéramos que los demás animales son individuos que sienten, sufren y tienen un interés en vivir y en que no les hagan daño? ¿Seguiríamos participando en su explotación con todo el daño y sufrimiento que eso conlleva además?
La diferencia entre ambos casos es que la hipótesis de la isla desierta es tremendamente improbable que ocurra, mientras que la segunda no es una mera posibilidad sino que es una realidad ahora. Podemos vivir sin utilizar a otros animales como comida o vestimenta. Podemos vivir sin esclavizarlos ni hacerles daño. Así que ¿qué pregunta de las dos crees que es mejor plantearse?
En todo caso, aunque tuviéramos la necesidad de utilizar a otros animales como comida, tampoco sería justo hacerlo. Del mismo modo que tampoco es justo matar a otro individuo inocente para quitarle sus órganos aunque nosotros los necesitáramos para vivir y no tuviéramos otra opción disponible. Si los demás animales no tienen culpa de nuestras vicisitudes y problemas no es justo que paguen por ellas.
¿Y qué pasa con los medicamentos que no son veganos?
El tema de los medicamentos es más complejo que el de la alimentación, la vestimenta o el entretenimiento porque comprende elementos que no dependen directamente de nosotros como consumidores.
En primer lugar, hay medicamentos que no contienen ingredientes de origen animal y cuyo consumo no implicaría explotación animal en su produccción, por ejemplo, la aspirina. El simple hecho de tomar medicamentos no significa automáticamente estar participando en la explotación de animales, aunque sean de compañías farmacéuticas que empleen animales no humanos para ciertos experimentos.
Por ética deberíamos siempre esforzanos por intentar buscar opciones que no impliquen tomar medicamentos si estos provienen de empresas que utilizan animales para probarlos o elaborarlos o que incluyen ingredientes derivados de animales.
Lo cierto es que...
Lo cierto es que al menos determinados problemas de salud pueden solucionarse acudiendo a remedios hechos con plantas. Muchos medicamentos de laboratorio contienen sustancias obtenidas originariamente de plantas que sirven como principios activos para la curación. Las plantas han sido tradicionalmente una fuente no solo de alimento sino también de remedio para varias enfermedades y trastornos diversos.
No vamos a decir a nadie que deje de tomar cualquier medicación si es necesaria para su salud. Solo decimos que tenemos la obligación moral de buscar productos que no impliquen utilizar a otros animales.; igual que en la alimentación y demás ámbitos de la vida.
No se trata de que dejemos de usar determinados productos necesarios para nuesta salud de un día para otro sino de intentar aplicar sustitutos u opciones similares que no provengan de la explotación animal. Lo importante es que comencemos dejando de participar en todo lo que sea posible.
Es lógico que nos preocupemos por este motivo, y no hay nada de malo al respecto, porque eso demuestra que tenemos empatía y conciencia moral. Pero no vale la pena atormentarse por ello si no hacemos nada para intentar remediarlo.
Siempre puede haber alguna excepción, pero cerca del 99% de los todos usos que llevamos a cabo de otros animales son ya ahora mismo prescindibles y sustituibles. Esto es verdad especialmente en el caso de la alimentación, la vestimenta y el entretenimiento.
¿Los productos que puedan contener trazas de origen animal tampoco se deben consumir aunque sean vegetales?
Las trazas son restos mínimos de sustancias que podrían introducirse de forma accidental en la elaboración de un producto, pero que no han sido incluidos deliberadamente en ellos. No hay ningún problema moral, según un criterio vegano, en consumir productos que puedan contener trazas de origen animal, en tanto que ese consumo no exige explotar a otros animales.
El consumo de productos con trazas no conlleva apoyar ni financiar la explotación animal. La advertencia sobre las trazas es un mero aviso de que existe la posibilidad de que accidentalmente se introduzcan determinadas sustancias y está indicada específicamente para personas con determinadas alergias.
Aunque un cocinero vegano nos preparara un producto 100% vegetal siempre existiría la posibilidad de que caiga una legaña o un pelo humano dentro de nuestra comida. Al comer ese producto no estamos practicando el canibalismo solo porque exista la posibilidad de ingerir algo de origen humano en forma totalmente involuntaria y accidental, ¿cierto? Este caso es exactamente el mismo que las trazas.
Al consumir productos que pueden contener trazas no estamos apoyando la explotación especista siempre que no contengan de forma intencionada sustancias de origen animal.
Escrito por Filosofía Vegana
¿Cómo podría hacerme vegano ahora mismo?
Si hemos comprendido las razones que fundamentan el Veganismo y estamos motivados para respetar a los demás animales, entonces lo primero y más importante es informarse correctamente sobre cuestiones básicas como la nutrición. Hacer esto no nos llevará demasiado tiempo. En la red puede encontrarse muchísimo material acerca de cómo adoptar una alimentación vegetal saludable.
Ese sería el primer paso fundamental, aunque el Veganismo es un principio que se aplica a todos los ámbitos de la vida, y por lo tanto se extiende al consumo de vestimenta, aseo, ocio, o cualquier otra finalidad.
Se puede empezar por consultar las siguientes páginas con abundante contenido de introducción a la práctica del Veganismo: