Momio Rantas

Momio Rantas y aún queda otro apellido que no recordamos. Es el nombre que le pusieron los compañeros de la protectora Amics dels animals de la Noguera. Allí llegó con tres añitos aproximadamente y pasó 6 largos años en los que a pesar de contar con el cariño de todas las voluntarias y sus esfuerzos por encontrarle una casa, nadie pareció fijarse en él.

Un invierno especialmente frío Rans comentó a una amiga suya muy activa en la lucha por los derechos de los animales que le gustaría acoger a un perro. Esta amiga habló con los responsables del refugio y una voluntaria fue a entrevistarse con Rans y ver en qué condiciones viviría el perrete en caso de que fuera apta para acogerlo. A Rans le gustó mucho todas las molestias que se tomaban por saber que el perrete estaría bien, le dio confianza en ese refugio que siempre recomienda. También les dijo que ella no tenía transporte y pidió que fueran las mismas voluntarias quienes escogiesen el perro y se lo trajesen. “Uno que creais que no vaya a pasar el invierno”. A los pocos días llevaron a Momio a su casa. Estaba muy extrañado por salir de la protectora pero se le veía contento y muy cariñoso con el voluntario que lo trajo. Después de que éste se fuera, Momio estuvo por horas ladrando y llorando en la ventana, buscando y esperando que regresara su amigo a por él.

Y es que Momio es un compañero muy cariñoso con todas las personas, que busca afecto incluso de los desconocidos, pero también es un amigo extremadamente dependiente que no puede separarse de su familia. Ni siquiera sale a pasear si no es con Rans. Es un compañero muy muy fiel, demasiado. Esto no significa que no se relacione y muestre un amor incondicional por las demás personas del proyecto. Momio tiene amor para todo el mundo.

Momio tiene Leishmania desde hace muchos años, pero con su tratamiento hace una vida normal y está hecho un chaval, no le impide dar largos paseos por el bosque ni disfrutar de los baños en el río.