Ira
Habitante del santuario animal
Ira fue adoptada por Pilar y Rans cuando éstas vivían juntas en la cuidad. Tenía tres meses y se adaptó enseguida a su nuevo hogar. Era muy juguetona y a veces incluso algo pesada para los perros de la manada, que con la tranquilidad que les caracteriza, huían de ella con mirada de pesadez cuando les saltaba encima y mordía sus colas.
Ira creció y se convirtió en la gata más mansa del mundo. Tiene ese equilibrio maravilloso, por una parte es muy muy cariñosa, pero sigue siendo muy juguetona. Es muy activa y los juegos son intensos pero siempre tiene la delicadeza y el cuidado de no herirnos con sus uñas ni dientes.
Al llegar al santuario se mostró reservada, pero con el tiempo ha ido soltándose y convirtiéndose en la gata libre que ahora es.
Combina tiempo al sol, de paseo por el recinto sin alejarse mucho de la masía, investigando el entorno (es muy curiosa), de juegos fuera con su compañera felina Cattana, con largas siestas en las camas y sesiones de caricias que nos pide sin tener fin.
Últimamente se ha hecho amiga inseparable de Coco, la otra gata a la que no aceptaba, y ahora pasan el día jugando a perseguirse, saliendo a investigar y durmiendo juntas. Esto le ha hecho perder la dependencia de las humanas, a las que busca por su compañía pero ya sin angustiarse.
Es una gata con muy buen carácter, muy cariñosa, curiosa y juguetona. Libre y amorosa.
Hace meses que Pilar abandonó el proyecto y actualmente Ira está en espera a que la situación de alarma termine y abran tránsito en los aeropuertos para que Pilar pueda recogerla y llevarla con ella.
Llegada: Septiembre 2018
Amadrinamiento: No tiene madrina. Quiero más información sobre como amadrinar a Ira
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